Del 2013 al 2017, aprendí a dar lo que ni
siquiera tenía, pero trataba de darlo “todo”, bueno lo que yo consideraba todo
lo que podía dar. Que haya sido suficiente o no, no lo sé.
Claro antes de llegar al 2017, tuve que
pasar el año que más odie, el 2014, que me enseñó lo que es perder a quien amas
y estuvo desde que tuviste razón, me enseñó lo que es el “vacío”. Me enseñó a
cargar culpa, me enseñó a culpabilizarme por las cosas que no hago bien, por
las cosas que no hice, o dije eso sobre todo.
Dolor no podría decir que aprendí ese año,
uno porque a pesar de a haber estado ahí, no sabía el dolor que sentías, ya que solo veía, "qué mas podría hacer", y creo
que eso es algo que no me compete, no a menos que lo haya sentido, por eso es
algo que no podría escribir, de hecho no me atrevo, siento que uno solo debe
escribir en base a lo que vive y siente, más no creerse que tiene el derecho de
“hablar por alguien más”.
Del 2017, aprendí a solo cuestionarme, por
saber si había hecho “bien las cosas”, si lo que daba no fue suficiente, si era
“buena persona”. Si mi manera de ser era hartante, si mis acciones infantiles,
aburrían. Que no inspiraba a nada, si realmente era buena “en algo”
Fue el año, donde el llanto era pan de
cada día, y me resistía a perder a ese “alguien” que creía era “mi soporte”, mi
insistencia inútil, mi tonta idea de no dejar que la otra persona se aleje
tanto, o ya después será difícil volver y no será “lo mismo”.
Fue el año donde abrazaba recuerdos y
vivía de ellos, me aferraba tanto a creer que aún podía revivirlos. El año
donde negociaba mis aspectos míos a cambio de seguir luchando. El año donde aceptaba
cualquier trato a cambio de seguir “avanzando”.
El año donde buscaba una respuesta, “el por
qué”, el año donde me dejaron a mi tomar la decisión de “terminar”, qué iba a
hacer, repetía que no quería hacerlo, pero mis intentos eran inútiles, nunca
obtuve “el porque”, solo me dejaron que asumiera lo que quiera. Nunca me gustó
sentir que soy una molestia, porque el 2014 me recordaba que, “yo tenía la
culpa siempre”, que fuiste tu, tu buscaste y provocaste todo. Decidí no
molestar y dejar ir “de mentiras” y hablaba tal cual persona madura, que lo
acepta, pero todo era mentira.
Deseaba que me extrañará tanto como yo lo
hacía, deseaba tanto escucharlo, aunque a veces me perdía y fingía escucharlo,
deseaba tanto ese apego, ese abrazo donde podía quedarme ahí y sentirme
protegida, deseaba oler ese olor que tras casi 4 años no sabía descifrar si era
perfume o solo aroma de detergente, pero que a mí me gustaba.
Cuando accedía, me ponía feliz, no
insistía, no pedía, sentía que no podía hacerlo, ya no cuestionaba, sentía que
no “tenía derecho” de nada. Para mi eso era suficiente, podía “tenerlo” de
nuevo, podía sentir de nuevo que “estamos bien”,
“somos uno” de nuevo y sigue “siendo igual”, “aun nos queremos”, los
sentimientos “ahí están”.
Intentaba ser la persona "más sumisa", bueno
lo intentaba, para mí eso “bastaba”. Pero qué era esa sensación (?), qué es esa
sensación, que sientes que no es “REAL”, que solo vives una gran mentira,
empiezas a dudar de todo, sí todo ese tiempo fue verdad, en serio lo fue (?)
Qué es el amor, es esto (?), si realmente
me quieres, porque no das lo que yo doy (?) si realmente me quieres porque no
presumes de mi ante todos (?), si realmente me quieres porque no peleas por mi
(?), si realmente me quieres porque no cumples con lo que dices (?)
Y más preguntas que sola me respondía,
porque no podía preguntar y si me atrevía a preguntarle, nunca obtenía
respuestas. ¿Entonces qué sentido tiene?
Del 2018, aprendí el sin sabor de los
cumpleaños, sería 5 años, celebrando con esa misma persona, ya casi era una "tradición", haciendo nada, solo
estando ahí y yo era muy feliz. No pedía nada más.
A lo largo del 2013 - al 2017, yo sentía
que lo que había vivido, “eso era amor”, “eso era una relación”, de todas maneras,
no había tenido nada “serio” con alguien más, lo admito no tenía experiencia en
estar en una relación, no sabía nada, que era “compartir” tus cosas con alguien
más. No había pasado tanto tiempo con alguien, no me había acostumbrado y
apegado tanto a alguien. Para mi esa persona era “mi soporte” y la persona
que me entendía y que haría todo por mí.
Yo y mis expectativas siempre…
Claro siempre aterrizaba, no era
idealista, era realista, pero por ratos volaba y alucinaba un poco, en qué tal
si… al final llega a aprender, llega a ser… quien cambia sus defectos de la
noche a la mañana (?), nadie, eso me repetía.
Además, amar a alguien es “soportar”
algunos defectos, tú que tanto hablas de ser empática y te quejas de los
defectos de alguien más y no hablas de los tuyos (?), sola me respondía.
El día terminó mal, mis acciones “ya no
funcionaban”, no había ni reacción, todo era nulo.
Creo que en el fondo sabía, lo que no
sabía era como soltar a ese alguien.
Me daba miedo el qué pasará ahora (?), un
poco al miedo de estar sola. Me había acostumbrado a la presencia de él.
Pero si no había obtenido una respuesta
hace un año, del “porque”, porque seguía aferrándome, la terquedad puede más
con mi ser a veces.
Está claro que nunca tuvimos una buena
despedida, porque tenía miedo, y creía que hacerlo sería el fin de todo, de
todas formas, yo seguía atrapada en el pasado.
Así que solo escape de ahí, quería huir
sin decir nada, esperando que me detuvieran, que pelearían por mí, que lo
valía, que me abrazaría tan fuerte y no me dejaría ir, pero eso lo imaginaba
sola desde mi asiento, aguantando el llanto y buscando cualquier “canción
alegre”, algo que me haga olvidar. Pero en ese momento no había nada.
De nuevo mis tontas expectativas….
Lo único que obtuve fue silencio como
respuesta. Igual esperé.
Empecé a asumir lo que quería, qué más
podía hacer (?)
Empecé a cuestionarme por mis acciones, en
echarme la culpa, que por mí se acabó todo.
Ya sabía que era “no tener ganas de nada”,
ya sabía que era estar en círculos y no saber qué hacer, quién eres, que haces,
eres buena en algo (?), te lo mereces por ser insegura y ser hartante. Eso era lo que resonaba y me repetía.
Pero yo ya había pasado por golpes duros,
muchos más fuertes que estos, que era esto (?), no menosprecio el dolor de
nadie, todo el mundo tiene cosas dolorosas que contar o que guardan. Pero yo ya
sabía que era sentir que el pecho te explota a tal punto de no poder gritar, y
todo eso se contiene dentro de ti, y solo es algo que se queda en ti como
vacío.
Lo único que se me ocurría era pedir
disculpas por mis acciones. Un poco más y por como soy. Me sentía muy tonta, demasiado inútil. Y la
sensación era horrible, era como un objeto inservible, fallado, que ya no sirve
para nada. Eso era yo.
Pero creo que todos necesitan un punto de
quiebre, algo que te haga decir, ya no (?), algo que te haga despertar, y
decir, tú no eres así.
O alguien que te diga SI a todo, y no le
parezcan estúpidas tus ideas, alguien que no tiene miedo a fotografiar por las
calles por miedo al ridículo, o alguien quien no tiene miedo a hablar fuerte o
reír fuerte y llamar la atención. Alguien quien sepas que arriesgará lo que tú
arriesgas, alguien que sepa lo que es empatía, "alquien que se ponga en tus zapatos". Alguien que te saque de ese
círculo, donde solo das vuelta y no te atreves a salir, donde solo vives
lamentando todo y victimizándote, porque ahí es donde estaba yo.
2018, el año aun no terminaba, de hecho,
estaba aún por la mitad
Creo que todos necesitan un punto de
quiebre, algo que te haga querer ser libre, algo que te haga sentir bien, y que
haga tener ese impulso de querer recuperarte a ti misma.
Hoy por hoy, puedo decir que estoy
satisfecha, estoy tranquila, porque sé que hice las cosas bien, porque aprendí
a liberar, culpas, dudas, aprendí a disfrutar tiempo conmigo misma. A
recuperarme, a sentirme auto suficiente.
Hoy puedo decir con total seguridad y sin
miedo, a que nunca me volveré a disculpar por como soy.
Aún sigo aprendiendo, no sé si aún esté
lista, pero no tengo porque culparme por alguien más. Ya no tengo que
preocuparme si la otra persona estará bien o si es feliz, o si estoy “faltando
el respeto”, de no guardar tiempos. Sé que todo lo hice bien. Solo sé que mi
manera de ser es, querer con todo lo que tengo, pero para eso debo empezar por mí
misma, no quiero querer a alguien más teniendo dudas o retrocediendo, solo
quiero avanzar, para mí eso es querer.
Si para alguien es fácil querer y seguir
mirando a los costados, dando un paso adelante y otro para atrás, créanme que
eso no es “querer”. Y significa que enserio no han aprendido nada.
No me
arrepiento de nada, no me quejo del tiempo que di, nunca diría que malgaste mi
tiempo, sería volver al círculo donde estaba, para pensar en lo que podría
haber hecho o algo que cambiaría. Fui feliz, aprendí algunas cosas, pero sobre
todo aprendí que hay muchas maneras de amar, y quizás yo me enfoque en algo
distinto. Siento que todo sirve como aprendizaje, y todo pasa por algo, y lo
que no también. Aprendí que, si algo lo das de corazón, así no haya sido
recíproco, si fuiste feliz en ese instante, eso es suficiente. Aprendí a sentirme satisfecha con lo
que di, aprendí a dejar de guiarme por impulsos, aprendí a ser paciente conmigo
misma, que no es rápido, pero el tiempo ayuda mucho, aprendí a quererme, aprendí a desprenderme de culpas. Aunque el 24 de
julio del 2014, aún es algo que nunca olvidaré.
De todo corazón te deseo lo mejor, si yo no
actúe bien, que el karma me devuelva lo que merezco y viceversa. Estoy satisfecha con todo lo que di, es todo.
Me libero de todo, te libero de todo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrimero estuve por twitter, luego de curioso al instagram y acabé aquí. No soy de dar comentarios sobre posts en general, pero debo decir que me ha gustado el modo del cómo escribes tanto como el contenido.
ResponderEliminarEn algunas partes uno podría sentirse identificado o inspirado, así me ha pasado.
No dejes de escribir, lo haces bien.